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Relación con Dios

Pastor Carlos Velez: Descubriendo mis valores

Descubriendo Mis Valores

22 octubre, 2018 by pastorcarlosvelez
Liderazgo, Relación con Dios

Cada individuo y organización tiene valores. Los valores son esos ideales no negociables que nos permiten tomar decisiones. En ocasiones esos valores son desconocidos en nuestro consciente, pero están muy claros en nuestro corazón y comportamientos. ¿Ahora bien, como determinamos o descubrimos nuestros valores? Existen ciertas áreas de nuestras conductas y comportamientos que nos permiten definir nuestros valores existentes. Tanto en una organización como en una vida, contestar estar preguntas le ayudara a determinar sus valores y cuales de ellos deben sobrevivir y cuantos deben ser modificados. Tratar de modificar valores desconocidos es como tratar de hacer un agujero a la orilla del mar, es posible pero no duradero.

 

Si desea descubrir sus valores piense por un momento en las 4 C’s de los valores. Estas son:

 

  1. Contemplo

Yo se lo que valoro porque pienso en eso consecuentemente. ¿En qué piensa a menudo? Eso le dejara saber que es valioso para usted y su organización.

 

  1. Converso

Yo se lo que valoro porque hablo de eso consecuentemente. ¿De qué conversa a menudo? Eso le dejara saber que es valioso para usted y su organización.

 

  1. Calendarizo

Yo se lo que valoro porque invierto tiempo en eso consecuentemente. ¿En qué invierte su tiempo a menudo? Eso le dejara saber que es valioso para usted y su organización.

 

  1. Contribuyo

Yo se lo que valoro porque soy generoso en eso consecuentemente. ¿En qué invierte sus recursos materiales y financieros a menudo? Eso le dejara saber que es valioso para usted y su organización.

 

 

El conocer nuestros valores nos ayudara como líderes a definir nuestra realidad, a liderar con un sentido mas alto de responsabilidad y a entender el porque tomamos las decisiones de la manera en que lo hacemos. Nuestros valores nos ayudaran en casa paso de nuestra vida, su pureza o contaminación determinara gran parte de nuestro destino y el destino de aquellos que Dios ha puesto en nuestras manos. Toma un momento, analiza y ve donde inviertes tu mente, palabras, tiempo y recursos, cuando lo descubras, habrás encontrado lo que verdaderamente amas, adoras y sirves.

Siete pasos para fortalecer la vida de oración de cada líder

1 julio, 2018 by pastorcarlosvelez
Liderazgo, Relación con Dios

A través de mis viajes me doy más y más cuenta que la oración no posee la posición de importancia y primado que debería tener. Cada vez más líderes descansan en sus propias fuerzas y habilidades en vez de depender de una vida sólida de oración. El orar no es la consecuencia de encontrarse en medio de retos y circunstancias difíciles, sino un estilo de vida para todo aquel que ha sido incorporado la Cuerpo de Cristo. Para nosotros los líderes es un llamado supremo porque el Señor Jesús es muy certero en señalar: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).

Por esto y mucho más, déjeme compartirle siete pasos que me han ayudado a fortalecer mi vida de oración. Estos son:

 

  1. Separe un momento diario en su calendario para orar.

Mientras más oramos, más deseamos orar. Cree un ritmo en su oración donde consistentemente usted y los demás sepan que este es el tiempo de orar. Orar será el acto más importante de su día, y debe luchar por mantenerlo como una prioridad en su vida. La distancia más corta entre un problema y una solución es la oración.

 

  1. Aprenda a deshacerse de las distracciones.

Al orar, es el momento de apagar el celular, la televisión, el ruido constante en nuestras vidas y enfocarnos en lo más importante, nuestra comunión con Dios. Hay personas que no saben estar en silencio, sin el silencio, no podremos escuchar la voz de Dios. Orar no consiste únicamente el decirle a Dios lo que sentimos o deseamos, pero tener tiempo suficiente para callarnos y escuchar su voz, Él está deseoso de hablarnos.

 

  1. Tenga una postura para orar.

Haga lo que tenga que hacer para enfocarse en orar, arrodíllese, levántese, póstrese, siéntese, pero haga lo necesario para que su cuerpo procese la idea de que este es un momento diferente a los demás, usted está en búsqueda de la presencia de Dios. C.S. Lewis decía “El cuerpo tiene que orar, así como nuestra alma. El cuerpo y el alma, ambos serán mejores después de orar a Dios”.

 

  1. Ore la Palabra de Dios.

Este es una manera hermosa de comenzar a orar. Cuánto gozo le bridamos al Padre Celestial cuando nuestras palabras son sus palabras y nuestro corazón está alineado con el de Él. Muchas de mis oraciones son ‘plagios’ de la Escritura. Nuestro vocabulario poco a poco comenzará a adoptar Sus palabras y sin darse cuenta comenzará a disfrutar Su presencia, así como se deleita en Su Palabra.  Algunos ejemplos que podría darle:

  • Muéstrame Tu Gloria (Éxodo 33:18)
  • Torna tus ojos de las cosas vanas (Salmo 119:37)
  • Muéstrame tu grandeza (Salmo 86:17)
  • No permitas que el pecado me domine (Salmo 119:33)
  • Tu eres mi Dios y no hay nada bueno fuera de tu presencia (Salmo 119:133)

 

  1. Ore fervientemente.

El orar es una actividad que produce acción. Conecte su oración a sus acciones. A la medida que escuchamos Su voz y El mismo nos llena con su presencia, cosas nuevas hay en nuestra mente y corazón. Cosas nuevas solo ocurren cuando en nuestra mente y corazón hay cosas nuevas. El fervor no es el volumen de su voz al orar sino el volumen de sus acciones porque ha orado.

 

  1. Ore específicamente.

Las generalizaciones pueden ser destructivas para nuestra vida de oración. Confesar atributos específicos de Dios y declarar promesas específicas de nuestro Señor son parte de desarrollar una relación íntima con Él. Cuando confesamos pecados o esperamos bendiciones, la especificidad es importante y necesaria.

 

  1. Ore con y por otros.

Orar por otros nos permite recordar que el mundo no gira alrededor nuestro y orar con otros nos ayuda a ver aspectos de Dios que no conocemos.  Cuando otros son parte de nuestra vida de oración la vida toma un giro distinto. Añadimos valor a sus vidas no solo con lo que hacernos por ellos sino por lo que Dios quiere hacer por ellos a través de nosotros. Orar con otros también nos ayuda a rendir cuentas de nuestra vida espiritual y nuestro crecimiento.

 

Espero que puedas implementar estas áreas hoy mismo. Si tienes alguna que añadir compártela en nuestros comentarios. Te invito a que visites nuestra área de calendario y nos ayudes a orar por los eventos que tenemos en las próximas semanas.

No tengo que sobrevivir

2 mayo, 2018 by pastorcarlosvelez
Liderazgo, Relación con Dios

Durante los últimos años he estado trabajando con pastores que han pasado por muchos desafíos en sus ministerios. Han pasado por rechazos, traiciones, humillaciones, por una falta de ser apreciados y por muchas decepciones. Uno de ellos me dijo: “Pastor Velez, me siento sólo, abandonado, atacado, criticado en mi ministerio.”

Hechos 20:24-27 (RV 60)

24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,  para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.  25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. 26 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.

Hablemos sobre el tema “Sobrevivir.” Continuamente estamos tratando de sobrevivir. Nuestro impulso natural nos empuja a que sobrevivamos, a que tratemos de salvarnos de algo o de alguien.

Tengo que recordarme a mí mismo cada día de que no tengo que sobrevivir. (De hecho, tengo en mi oficina un cuadro que me recuerda y dice: “No tengo que sobrevivir.”) Mantengo ese cuadro en el lugar donde estudio y oro al Señor porque es en esa oración de guerra contra Satanás y contra los principados que como ministro del Evangelio soy tentado a sobrevivir y luchar con mis propias fuerzas.

Cuando se estaba haciendo la nave espacial Apolo, tuvieron un conflicto los científicos y los ingenieros, los científicos querían todo el espacio posible para el equipo científico, pero los ingenieros dijeron que no, porque tenían que considerar la seguridad, por si acaso un problema surgiera o un sistema fracasara tenían que tener un sistema de seguridad. Así que, hubo un gran conflicto. Tuvieron que preguntarles a los astronautas que era lo que ellos preferían. Ellos se decidieron por el sistema de seguridad.

Ellos no son los únicos que se deciden por un sistema de seguridad y yo creo que este es el problema número uno en la iglesia.

Lo que hizo que Pablo fuera un hombre con bendición y espiritualmente prosperado es que no tenía que sobrevivir. Yo creo que el tratar de sobrevivir es nuestro problema número uno, creo que ese problema lo tenemos en nuestra vida personal, en nuestras iglesias y en nuestras denominaciones.

Este instinto de sobrevivir, de mantener nuestra cabeza arriba del agua, de controlar y ganar, es la causa de que estamos tibios en tantas áreas.

En lugar de ser personas de convicciones, llegamos a ser personas de confusión y comodidad. En lugar de tomar decisiones correctas, tomamos decisiones populares. Estamos buscando como sobrevivir.

El sobrevivir nos estorba para obedecer a Dios, y llegamos a la conclusión de que hay en nosotros más de Jacob que de Israel; nos roba del poder y la bendición de Dios en nuestra vida, porque buscamos la aprobación del hombre y no la de Dios.

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